La población mundial no deja de crecer. Dentro de una década, en 2030, alcanzaremos los 8.500 millones de habitantes. En 2015 éramos “solo” 7.300 millones. Este crecimiento va a seguir poniendo una gran presión sobre los recursos del planeta.

Además, muchos de esos nuevos habitantes nacerán en entornos de clase media. Si bien es verdad que la población en situación de extrema pobreza seguirá bajando en la próxima década, también es verdad que las desigualdades entre los más ricos y los más pobres seguirá creciendo.

Hay que tener en cuenta ciertos factores demográficos que influyen en la estructura de la sociedad como el aumento de la esperanza de vida (la medicina está alargando la vida humana) y el envejecimiento de la población, principalmente en Europa y América del Norte.

Hoy hay una mayor conciencia en la población sobre la importancia de llevar una vida sana, que permita conservar una buena salud a lo largo de toda la vida. La gente está más preocupada de sus hábitos alimenticios, demandando cada vez más productos locales, sostenibles, de temporada y preferiblemente orgánicos. Hay un movimiento mundial por reducir el consumo de carne de vaca, tanto por los efectos dañinos en la salud de la carne roja, como por el impacto que la industria genera en el medioambiente. De ahí que hayan surgido iniciativas de carne sintética que han llegado hasta el Burger King, con la Impossible Burger , hecha de proteínas de soja y patata, que parece que su sabor es muy parecido a la carne. En un futuro no muy lejano nos podremos imprimir la comida en casa con una impresora 3D.

Esta preocupación por la salud, también incluye los planos mental y emocional. La salud ya no es solo física, sino que la gente quiere mantener un balance emocional, que les permita ser más felices. Por eso ha aumentado la demanda de terapias y técnicas de relajación como el yoga, el taichí, la meditación o más recientemente el Mindfullness. Si te interesa el tema, te recomiendo leer este artículo sobre los Viajes Transformadores

Gran parte del mérito del aumento de la esperanza de vida lo tienen los avances médicos, impulsados por la alianza entre ciencia y tecnología. En los próximos años, la inteligencia artificial, la genética y la tecnológicadirigida a medir nuestra salud (a través de implantes o dispositivos móviles como relojes y pulseras) generarán una verdadera revolución médica que nos ayudará a prevenir enfermedades y a mejorar nuestra calidad de vida (en todas las etapas).

En los próximos años veremos cómo se vuelven normales tratamientos novedosos como el uso de células madre, la terapia basada en genes (introduciendo cambios en nuestro ADN), los implantes biónicos, la bioimpresión en 3D de órganos y tejidos o la medicina regenerativa.

También va a ser muy interesante ver como los humanos vamos incorporando a nuestro cuerpo dispositivos electrónicos y digitales, que nos permitirán mejorar algunas de nuestras capacidades y fortalecer los sentidos. En cierto modo con el tiempo, nos irán volviendo un poco ciborgs.

Es lo que promulga el transhumanismo, corriente intelectual que defiende el uso extremo de la tecnología para mejorar la raza y aumentar las capacidades de los seres humanos, tanto físicas, intelectuales, como psicológicas.

¿Llevará la tecnología a crear superhumanos?

El problema es que no todo el mundo tendrá acceso a estos caros tratamientos y terminará habiendo una nueva raza de humanos, superior al resto.

También hay que destacar el auge imparable del feminismo por todo el mundo, que está permitiendo a las mujeres empoderarse y alcanzar nuevas metas, impensables hace solo unos años (por una sociedad machista, que les cerraba oportunidades).

Mega Ciudades

Más del 65% de la población mundial vive en ciudades. El nivel de urbanización sigue creciendo, dejando las zonas rurales despobladas y sin posibilidad de crecimiento económico.

Este fenómeno está impulsando la construcción de mega ciudades.

Las ciudades del futuro necesitan buscar una mayor eficiencia en el uso de sus recursos, buscando un modelo sostenible de desarrollo, que permita lograr un mayor nivel de vida para sus ciudadanos y convertir a la ciudad en un lugar más habitable.

La ciudad moderna tiene que tener el foco en el bienestar de sus ciudadanos, pero para ser competitivas en la escena internacional, también tienen que ser capaces de atraer inversionestalento, reuniones y eventos internacionales.

Las ciudades inteligentes (Smart Cities) se plantean como el nuevo paradigma de desarrollo urbano, buscando fórmulas de gestión urbana que ayuden a incentivar la economía, fomentando la innovación y la digitalización de la sociedad, pero con una gestión sostenible de recursos y medio ambiente.

Un mundo digital menos privado

Este mundo digital cada vez más abierto en el que vivimos, influirá profundamente en el concepto de privacidad. Cada vez generamos y exponemos más información sobre nosotros mismos a empresas, instituciones y gobiernos. Los datos cada vez toman más importancia para conocer mejor al consumidor y ser capaces de persuadirle para comprar un determinado producto o servicio.

Sostenibilidad

La sostenibilidad finalmente se ha instalado en las portadas de los periódicos y en las noticias de la televisión. Ya era hora. Porque estamos a punto de llegar al punto de no retorno en el estado del medioambiente y en el calentamiento global.

De todas formas, se habla mucho más de lo que finalmente se hace.

Menos mal, que por lo menos es ya un tema de preocupación para gran parte de la población y ello hará que los políticos presten cada vez más atención al tema, avalados por los contundentes estudios científicos que auguran un futuro muy negro si no tomamos medidas urgentes. Es sorprendente que siga habiendo negacionistas que no creen en el cambio climático y que solo están interesados en seguir creciendo económicamente, sin pensar en las necesidades de las futuras generaciones.

Las cumbres del clima, no obstante, siguen sin alcanzar acuerdos para definir la regulación de los mercados de emisiones de carbono, tema espinoso cuya aprobación han aplazado para la cumbre en Glasgow, a finales del 2020.

Lo que hay que trabajar más es el concepto de economía circular. Se ha empezado a hablar pero muy poco. La económica circular es aquella que tiene un impacto reducido en el entorno, hace un uso racional de recursos naturales (como agua, energía o papel), optimizando su uso y reduciendo al mínimo la generación de residuos y el impacto en el medio ambiente.

Un tema que me preocupa mucho es el fenómeno del Greenwashing, la mala práctica de marketing desarrollada por empresas, instituciones y gobiernos, que hacen campañas publicitarias sobre lo sostenible y respetuosos que son con el medioambiente, cuando en el fondo no es para nada así, o su esfuerzo es mínimo, en relación al uso de recursos que hacen o a la contaminación y residuos que generan.

El Calentamiento global está llegando a niveles record y los devastadores efectos en el clima del planeta se van a empezar a sentir antes de lo previsto.

Pero hay que ser conscientes de que este es un problema de todos, no solo de gobiernos y empresas. Aunque ellos tienen que liderar con iniciativas propias, cada ciudadano es responsable de cambiar sus patrones de comportamiento para ser más sostenibles. Consumir menos recursos, reutilizar, reciclar y reducir nuestro impacto al medioambiente y nuestra contribución al calentamiento global.

Pérdida de biodiversidad – Entre 1970 y 2014 el planeta ha perdido el 60% de las poblaciones de mamíferos, pájaros, peces, reptiles y anfibios. Principalmente a causa de la actividad humana. Un informe de WWF alerta de la terrible pérdida de biodiversidad a nivel mundial. O empezamos a actuar ya o las próximas generaciones no podrán disfrutar de la naturaleza y la vida salvaje. Aparte de las tremendas consecuencias, que la pérdida de biodiversidad tendrá en la vida de miles de millones de personas.